¡Al Cotopaxi!

Cuatro mil ochocientos sesenta y cuatro metros sobre el nivel del mar. Hasta esa altura puede uno llegar para encontrarse con la recompensa más hermosa que se haya tenido en la vida.

La mezcla de lenguas ancestrales han dado el nombre a este volcán: Cotopaxi, “Cuello de Luna”.

Subir al Cotopaxi es la aventura que todos deberían vivir, pero no porque las fotos que hayas visto te cuenten del amanecer en el campo o la noche con lluvia de estrellas o todo el equipo de escalada que necesitas para que el reto sea perfecto.

No. A los cuatro mil ochocientos llegas todo sudado, sin poder respirar bien, con la nariz y las orejas congeladas. Pero el gusto nadie te lo quitará nunca. Y la memoria será tu único testigo.

El Cotopaxi es uno de los volcanes activos más altos del mundo. Su altura es de 5 897 m s. n. m. Y es el atractivo principal del Parque Nacional Cotopaxi ubicado en el territorio de las provincias de Cotopaxi, Pichincha y Napo.

Al llegar al parque, al sur de Quito, por la Panamericana (E35), deberás registrar tu visita y, si gustas, podrás hacer sellar tu pasaporte. A partir de allí, el camino va transformándose de una vía asfaltada a una de tercer orden, digna de un paseo de exploración. Puedes bajar en el “primer refugio”, cuyo nombre verdadero es Centro de Interpretación del Parque Nacional Cotopaxi, donde, además de comenzar tu aclimatación para el ascenso, conocerás algunos datos y muestras de lo que es y representa esta área protegida.

Luego del paso por el bosque protector, se abre el valle de Limpiopungo, cuyo nombre lo toma de la laguna que descansa en su costado occidental. Desde allí ya se aprecia la cumbre nevada del coloso, flanqueado al norte por el volcán Rumiñahui.

Los vehículos pueden llegar hasta un kilómetro antes del refugio José Rivas, desde donde empieza el escenso. Hay dos caminos para ello: el más corto, empinado y, por tanto, más extenuante, y el zigzag, cuyo trazado te permite tomar descansos. Hay que recordar que la caminata dura alrededor de una hora, por ello, es preferible llegar en la mañana.

Al llegar al refugio, a 4 864 m s. n. m., tendrás una recompensa difícil de olvidar: la mirada te llevará por todo el lado occidental del Parque Nacional hasta más allá de los Ilinizas, por el norte, y Latacunga, por el sur.

Aunque el tiempo suele ser soleado la mayor parte del año, siempre es necesario llevar ropa que te abrigue y te cubra del viento congelado, zapatos con suela labrada, protector solar, gafas y, siempre, tu cámara de fotos.

Buen viaje. Buena llegada. Buen retorno.

Entérate más del Tour Cotopaxi.

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